miércoles, 22 de julio de 2009

MUERTES INJUSTAS-(Para pensar)




DOS MUERTOS

El cuerpo de la adolescente, colgaba boca abajo sobre el cordón de la vereda.
La sangre en el asfalto, formaba un río que desembocaba en la alcantarilla. Su impúber pecho se transformo en un jardín, donde hoy, florecía la muerte.
Aquella bala le había dejado un cántaro por donde escapaba el fluido de la vida.
Sus quince virginales años, no fueron suficiente argumento ante la impiadosa muerte.
Hoy, un celular tuvo más valor que una joven vida humana.
Su asesino, una bestia de doce años. El precoz delincuente, desandaba apurado el angosto pasaje de la villa, en su mano la pesada pistola, aún con su cañón caliente. En la otra mano, el teléfono, que pronto se convertiría en lo que él más quería.
Casi corriendo entra en una pequeña casa de madera, de la cual sale en segundos con una bolsita. Mientras aceleraba el paso, apretaba contra su pecho aquello que más deseaba.
Una casilla abandonada le dio la oscuridad que necesitaba. Sus temblorosas manos abrieron la bolsa como aquel que abre un cofre con diamantes, allí se encontraba su tesoro, eso que lo convertía en dios aquello que le quitaba el dolor de vivir.
Con una de sus jóvenes manos sostenía un cigarro de paco, que rápido prendió.
Todo había terminado, el azulado humo lo borra todo.
No siente dolor.
No siente pena.
No puede.
Esta muerto.
Fin.