lunes, 5 de octubre de 2009

LA LÍNIA NATURAL




La zona norte de Argentina es muy rica, en cuanto a caza y a pesca, suele ser fácil hacerse cazador en estos lugares, a pesar de que muchas veces pude ser peligroso.
Carlos y Esteban se habían criado en el mismo pueblo (Colonia Blanca-provincia del Chaco), tenían un hobby, la caza era su debilidad. Todos los sábados por la noche salían a cazar, hasta tenían una promesa hecha, -nunca volver sin presas-, por eso no se salvaba ningún animal, sea comestible o no.
Un día le dan un dato, que a 5 km al sur habían buenos ejemplare de guasunchos (siervos) sin pensarlo más empezaron a preparar las cosas para el sábado.
Sábado a las diez de la noche, Carlos y Esteban llegan al lugar en una camioneta, era un descampado a pocos kilómetros de la ruta 16, el lugar era especial para acampar, la noche era un manto de estrella que solo en estos lugares se pude admirar, lo primero que hicieron fue una gran fogata, para ahuyentar a las víboras venenosas que son muy comunes en la zona, luego armaron la carpa, Esteban se disponía a cocinar, cuando Carlos le dice - ¿Qué haces?- Esteban le contesto,-voy a cocinar, ya son las Onces, vamos a cenar antes de salir a casar,- ¡nooo!- dijo Carlos -¡tengo ganas de comer carne! así que deja eso y prepara las escopetas, que para las doce salimos. Carlos estaba dentro de la carpa cuando escucho el grito, -Carlos vení-, asustado y empuñando su escopeta salió de la carpa, pero no notaba nada raro, entonces pregunto-¿Qué pasa?- las estrellas dijo Esteban, -¿Qué pasa con las estrellas?- preguntó -¡no están, no están!- dijo Esteban, entonces Carlos levanto la vista, y lo que vio le helo la sangre, las estrellas habían desaparecido y la noche parecía un manto negro y tenebroso, Esteban con vos temblorosa dijo, vámonos Carlos esto no esta bien, tengo miedo, Carlos asintió con la cabeza y fue a juntar las cosas, cuando escucharos un ruido a pocos metros, Esteban tomó la linterna y alumbro, era increíble lo que vieron, tres enormes guasunchos, que permanecían inmóviles delante de ellos, casi en forma inmediata el miedo se transformó en ganas de matar, los disparos rompieron el virginal silencio de la noche, dos animales caen, el que quedaba seguía inmóvil, pero no por mucho tiempo porque Carlos vuelve a cargar y el ultimo animal cae al piso, como si nada hubiese pasado. Los dos hombres arrastran a los animales, dos van a la camioneta y el último es colgado. Carlos todavía con la rara adrenalina que da el ser dueño de la vida de otros dice, -viste no me voy a quedar con las ganas de comer carne-, decía mientras le undia el cuchillo al animal y le desprendía una pierna trasera que luego seria cocinada.
Luego de un rato, ya con el estomago lleno y dos botellas de vino vacías, deciden dormir un rato, el animal todavía se desangraba colgado de un gancho. La noche seguía ciega, pero la sed de matar había sido saciada. Habían pasado unos minutos de sueño cuando un grito despertó violentamente a Carlos. Ya incorporado ve a su amigo parado, llorando, con la vista clavada en la parte trasera de la camioneta, entonces se acerca despacio a Esteban, y lo que vio hizo que se orinara encima, el espectáculo era terrorífico, en lugar de los guasunchos había dos hombres con el pecho destrozado por los disparos. Carlos abraso a su amigo que lloraba desconsolado y empezó a retroceder, pero choca con algo que lo detiene, de inmediato se dan vuelta y se encuentran con un hombre desnudo que colgaba de un gancho, al cual le habían cortado una pierna, en ese momento se hizo un negro silencio pero al momento la locura se desato, el miedo se apodero de ellos y corriendo desaparecieron en el monte abandonando todo.
Carlos apareció a los dos días casi desnudo por haber corrido por el monte, Esteban fue encontrado casi sin vida a los cinco días por unos cazadores. Luego de un tiempo los dos coincidieron con lo relatado, pero cuando fueron a buscar sus cosas no encontraron prueba alguna de lo que habían contado.
Dicen los antiguos que la naturaleza tiene una línea que el hombre no debe cruzar, porque si esto pasa el hombre encontrará su castigo. Fin